Habitar la plaza habitando el mundo

Por Esther Jordana


#la plaza piensa. Hemos liberado las ideas de sus ideologías para compartir pensamientos que estaban entre nosotros. Hemos habitado de nuevo las palabras con nuestros cuerpos y las ideas con nuestras voces. Hemos aprendido a articular lo diverso para nombrar lo común. Hemos descubierto un sentido común en lo común del sentido. La plaza piensa sus voces y las alza en manos. Escucha para decir lo que ha oído. Se despierta para construir lo que ha soñado.

#la plaza siente. Hemos derribado nuestras vidas privadas para gritar por nuestras vidas comunes. Hemos llorado al ver caer los muros de cada soledad para mirarnos a los ojos dando nombre a nuestro anonimato. Hemos convertido nuestra indignación en un estallido de dignidad. Nuestra rabia contenida, en alegría compartida. Nuestro malestar, en anhelo.

#la plaza vive. Hemos resistido en la noche para asaltar el día. Hemos liberado ese espacio que estaba entre nosotros haciendo nuestra la tierra de nadie. Nuestras vidas rotas se traban con otras vidas. Nuestras vidas cercadas se descubren implicadas. Habitamos la plaza habitando el mundo. Cuando la política se llena de vida, la vida se rebela siendo política.

#la plaza transforma. Hemos dejado de transitarnos para transformarnos. No nos enseñamos, nos aprendemos. No nos convencemos, nos comprendemos. Combatimos creando, desafiamos construyendo. La plaza ya no es un espacio de transición sino de transformación. Hemos invadido un tiempo que no se cambia por dinero. Hemos liberado al presente del futuro. Nos hemos liberado del futuro para habitar de nuevo el presente.




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